Entre sonrisas y expresiones de júbilo, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) celebró ayer –jueves, 27 de junio– su Centésima Decimonovena Colación de Grados.

Desde las ocho de la mañana, el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot comenzó a recibir cientos de estudiantes –acompañados por sus familias– listos para celebrar la anhelada ceremonia. Según transcurrían los minutos, los universitarios se agruparon en las zonas designadas para ingresar al Coliseo según cada Facultad. En la espera, los graduandos aprovecharon la ocasión para ajustar sus togas, abrazar a sus amigos y tomarse fotografías con el gallo y la jerezana, mascotas oficiales del recinto. Entre ellos estaba Alondra Rivera Ayala, de la Facultad de Educación, quien completó un bachillerato en Recreación y se prepara para representar al país en las próximas olimpiadas. “Gracias a Dios todo el esfuerzo valió la pena”, expresó Rivera Ayala, quien practica el deporte de tiro con arco.

No muy lejos, la estudiante Paula Sofía Ortiz Marrero, quien realizó un grado conjunto en Derecho y Administración Pública, aseguró sentirse orgullosa por completar otra meta académica en la institución. 

“Le debo todo al sistema UPR”, puntualizó Ortiz Marrero, quien ha estudiado en el sistema desde escuela elemental. Asimismo, la estudiante Yoreinaliz Cortés Santiago, de la Facultad de Comunicación e Información, charlaba con sus colegas y agradecía por su apoyo y amistad durante sus años de estudio. “Este fue un recorrido arduo, pero de gran satisfacción sobre todo por haberlo realizado junto a excelentes compañeros que fueron red de apoyo en este camino”, comentó Cortés Santiago, quien completó una maestría en Periodismo.

Cerca de las diez de la mañana, la Banda Sinfónica de la UPR comenzó a interpretar los primeros acordes de una marcha que anunciaba el inicio de la ceremonia. Los estudiantes empezaron a desfilar luciendo birretes con creativas decoraciones –que variaron desde flores hasta dragones– y mensajes de superación personal. La estudiante Yarimar Matta Giulliani, de la Facultad de Ciencias Sociales, exhibió –en su birrete– un mensaje que leía “Abuelo, lo logré 2024” e integró la fotografía de su pariente fallecido, quien le había inspirado a estudiar y no rendirse. Al igual que Matta Giulliani, otros alumnos ostentaban mensajes como –por ejemplo– “Born to break stereotype” y “Última hora: ¡Soy periodista!”. En el interior del Coliseo, las familias e invitados recibieron a los 2,250 graduandos con aplausos. 

Al iniciar la ceremonia, la decana de Estudiantes –doctora Gloria Díaz Urbina– ofreció la bienvenida a los presentes. A través de su discurso, la decana planteó que la clase 2024 ejemplifica cómo la UPR continuamente educa, transforma y contribuye al país. Asimismo, resaltó la presencia de las estudiantes confinadas Marie R. Kercadó Meyers, Yosmar M. Maldonado Morales y Yomaira Ramos Rosado, quienes completan un bachillerato en la Facultad de Estudios Generales. “Ellas se atrevieron, perseveraron, creyeron y están aquí”, manifestó Díaz Urbina. Ante sus palabras, el estudiantado conmovido se colocó en pie para ovacionar a sus tres compañeras. 

Mientras la presidenta interina del Consejo General de Estudiantes –Fabiola del Valle Marrero–  se dirigió a la comunidad universitaria y exhortó a los graduandos que –siguiendo el ejemplo de la institución– sean referentes de transformación y justicia para el país. “Les pido que no olviden la importancia de cuidar y defender su alma mater. La universidad es un lugar de crecimiento intelectual, un crisol de ideas y un refugio de libertad académica. Apoyar a nuestra universidad significa promover su misión de excelencia, equidad y servicio. Participen activamente en su desarrollo, sean embajadores de sus valores y contribuyan a mantener su prestigio y calidad”, expuso Del Valle Marrero.

Luego, la rectora del recinto riopedrense –doctora Angélica Varela Llavona– ofreció un mensaje en que compartió unos consejos –a los graduandos– con el propósito de motivarlos a abrazar “el viaje de la vida”. “Confío que entre los afanes y las alegrías de esta nueva etapa que están próximos a iniciar conserven la pasión por una mejor convivencia, persigan la inclusión y la justicia y abracen la diversidad y la equidad. Lleven con ustedes este compromiso, asegurándose de que en cada espacio que ocupen, todos los seres humanos se sientan igualmente bienvenidos y valorados”, señaló Varela Llavona.

Por su parte, el doctor Luis A. Ferrao Delgado –presidente de la UPR– exaltó las historias de éxito de algunos graduandos. Entre ellos, habló sobre las estudiantes Angélica Rosario Santos y Blanca Pabón Pagán. Rosario Santos es la primera puertorriqueña en completar un doctorado en Matemáticas en el recinto, mientras que Pabón Pagán completó su bachillerato a sus 73 años. Por otro lado, Ferrao Delgado aprovechó la ocasión para exigirle a la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) que otorgue a la UPR un presupuesto que permita a la institución continuar promoviendo más historias de superación. “La UPR está cumpliendo con el país y –como nosotros estamos cumpliendo con el país– yo le voy a pedir, aquí, a la JSF que cumpla con la UPR. Le solicitamos un presupuesto a la JSF y esperamos que la Junta cumpla. Con ese presupuesto es que esto se logra. […] No pueden privar a la Universidad del presupuesto que necesitamos”, expresó el presidente. 

Tras concluir los discursos protocolares, la ceremonia prosiguió con la distinción de los estudiantes doctorales de la IUPI. Todos los candidatos a este grado tuvieron la oportunidad de subir al escenario, incluyendo Rubén Ocasio Díaz –de la Facultad de Educación–. Durante la pandemia, el estudiante quedó ciego y tuvo que enfrentar diversos retos. Al subir al escenario, Ocasio Díaz –quien se ha desempeñado como empleado del recinto durante 29 años– se exhibió emocionado por alcanzar su meta académica. 

Posteriormente, la administración otorgó altas distinciones a aquellos estudiantes sobresalientes de bachillerato. En este año, se reconocieron 60 Summa Cum Laude (graduandos con promedio de 3.96 a 4.00) y 800 Magna Cum Laude (graduandos con promedio de 3.50 a 3.95). Con la ceremonia llegando a su fin, Ferrao Delgado declaró a los estudiantes oficialmente graduados. En celebración, los universitarios ondearon banderines con el logo de la IUPI, mientras la audiencia aplaudía con júbilo. De esta manera, la institución confirió 99 doctorados, 520 maestrías, 1,485 bachilleratos, 134 Juris Doctor y 12 certificados post bachillerato.

Al concluir la jornada, el Coro UPR cantó el himno de la institución y el claustro se colocó en el pasillo central del Coliseo para realizar una guardia de honor en señal de respeto por los graduados. Así, entre aplausos y despedidas, el UPR vio partir a una nueva generación de profesionales, listos para enfrentar el mundo con el mismo valor y determinación que los llevó hasta este día. Una vez más, el recinto riopedrense aporta en la construcción de país, así como a la transformación de miles vidas que siempre serán honra de la Universidad.

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