La Oficina de Climatología de Puerto Rico, con sede en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), de la Universidad de Puerto Rico (UPR), realizó la segunda Cumbre de adaptación al cambio climático, con un grupo de expertos que abordó el tema desde sus disciplinas y en representación de diversas agencias educativas, científicas y gubernamentales de Puerto Rico y Estados Unidos.
“El propósito de este evento es reunir a un sinnúmero de personas, organizaciones y figuras que tienen cosas importantes que decir acerca de la adaptación climática en Puerto Rico. Nos queremos enfocar en qué podemos hacer ahora, por esa razón estamos intercambiando ideas. Como parte de la agenda, se discutió cómo en un país como Puerto Rico, con una cantidad de terrenos limitada para la agricultura y la autosuficiencia, es posible utilizar esos espacios para impulsar la energía solar”, expresó el doctor Héctor J. Jiménez González, director de la Oficina de Climatología y catedrático del Departamento de Física.
La jornada educativa incluyó el panel de discusión Energía verde versus campos verdes: Debatiendo el uso de terrenos agrícolas en Puerto Rico, a cargo de Juan E. Rosario, director ejecutivo de AMANESER 2025; el doctor Iván Baigés Valentín, catedrático del Departamento de Ciencias de la Ingeniería y Materiales del RUM; y el agrónomo Javier González.
“El RUM junto a los recintos de Río Piedras y Utuado de la UPR está investigando la posibilidad de integrar de forma sostenible la actividad agrovoltaica con la producción agrícola en ciertos contextos. Esto depende de qué cultivos y cuáles serían los sitios, ya que algunos prosperan con o sin generación solar. Estamos analizando si esto es posible y bajo cuáles serían las condiciones. Por ejemplo, en mi caso, exploro cuando los equipos lleguen a su finalidad de vida y no generen más contaminación. Todavía no tenemos la solución, pero debemos ser serios y transparentes”, indicó el doctor Baigés Valentín, quien colabora con los doctores Fernando Pérez Muñoz, del Colegio de Ciencias Agrícolas e Ivonne Díaz Rodríguez, del Departamento de Economía.
Por su parte, el director ejecutivo del colectivo AMANESER 2025, una alianza con diversos grupos comunitarios que fomenta la formación y educación para enfrentarse a la crisis ecológica en Puerto Rico, con énfasis en la producción de energía con sistemas renovables, presentó sus argumentos en el panel sobre las propuestas energéticas.
“Las fincas fotovoltaicas representan la respuesta perfecta a la pregunta equivocada. Tenemos la tendencia a realizar análisis unidimensionales. En Puerto Rico existe un discurso que se repite en el planeta sobre la cuestión de la mitigación del cambio climático. En primer lugar, planteamos cómo en un país pequeño cualquier esfuerzo en ese aspecto es prácticamente nulo. La suma de gran parte de las emisiones es insignificante con relación a las que ocurre en todo el planeta. En segundo lugar, el cambio climático no es el problema, mas bien es un síntoma de esa situación es el sobre uso y consumo de la naturaleza por parte de los seres humanos. Es decir, consumimos más que lo que la naturaleza es capaz de regenerar. Vamos camino a un desastre ecológico. Nada se resuelve con cambiar los combustibles fósiles con sistemas de energía renovable, que realmente no lo son. Es importante un cambio económico y de la manera cómo vivimos, consumir menos”, dijo Rosario.
Este grupo plantea un modelo en el que son los propios ciudadanos quienes tienen que construir sus sistemas de energía con costos accesibles y ya cuentan con la colaboración de diez municipios, junto a otros cuatro que pronto formarán parte de la iniciativa.
Por otro lado, el agrónomo González, en representación del Colegio de Agrónomos de Puerto Rico, sostuvo que la iniciativa que se promueve no sería positiva para el país, cuya producción agrícola es reducida.
“La producción de energía fotovoltaica si utiliza los mejores terrenos fértiles, no resulta compatible con la agricultura. Debemos atesorar esas tierras productivas, ya que vivimos con un clima propicio para la siembra. Quieren promover estos proyectos fotovoltaicos como si se pudiera realizar agricultura en ellos, pero no son compatibles. La generación de energía debe ser de una manera limpia con la producción agrícola. Ahora mismo, es importante hacer una buena planificación. Casi todos nuestros alimentos vienen del exterior, aunque somos autosuficientes con la leche fresca, los bananos y los plátanos. El valle costero hay que protegerlo del cemento, así como de la construcción de urbanizaciones y las placas solares se pueden construir sin afectar a la tierra”, concluyó.
Los paneles de discusión incluyeron los temas de perspectivas internacionales, mitigación de riesgo, peligros costeros, retos y desafíos de litigación y energía renovable, entre otros. Las presentaciones estuvieron a cargo de las agencias Junta de Planificación, Servicio Nacional de Meteorología, American Association of State Climatologists, Schiller Center for Science and Environment, U.S. Army Engineer R&D Center, Coastal and Hydraulics Laboratory, entre otras entidades.