9 de marzo de 2020
El Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y los Laboratorios Nacionales Sandia, uno de los laboratorios de vanguardia del Departamento de Energía de los Estados Unidos, firmaron un histórico acuerdo cooperativo de investigación y desarrollo (CRADA, por su siglas en inglés), de 10 años, cuya misión es reforzar la resiliencia energética, con el potencial de llevar electricidad más confiable a comunidades remotas y lo último en tecnología de redes eléctricas a las zonas rurales de Puerto Rico, y otras regiones tropicales del mundo.
«Nos sentimos honrados de consolidar los esfuerzos con Sandia National Labs, a través de esta alianza colaborativa que representa el primer acuerdo tipo CRADA que se suscribe en una universidad puertorriqueña, en este caso nuestro Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. Para nosotros, se trata un reconocimiento de parte de una entidad tan prestigiosa, ya que sabemos que solo firman acuerdos con socios que puedan añadir valor a su propuesta de innovación y desarrollo. Así que, es una validación a la capacidad y talento que tienen nuestros profesores y estudiantes para buscar soluciones sobre un tema tan relevante en nuestro país, como es la energía renovable», indicó el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM, quien junto a la doctora Carol Adkins, directora del Centro de Sistemas de Energía y Tierra, de Sandia, suscribió el importante acuerdo.
Asimismo, el doctor Jorge Haddock Acevedo, presidente de la UPR, resaltó la gran oportunidad que representa este histórico acuerdo para estudiantes y profesores, con el cual brilla la excelencia académica y profesional de la Universidad.
“Agradecemos al Laboratorio Nacional de Sandia y al Departamento de Energía de los Estados Unidos por confiar en el conocimiento, talento, responsabilidad y excelencia que promovemos desde la Universidad de Puerto Rico. Este acuerdo, además de una gran oportunidad de ejecución y aprendizaje en áreas de especialidad para nuestros estudiantes y docentes, nos permite hacer una gran aportación social a comunidades con necesidades de electricidad, un área prioritaria para el desarrollo social y económico”, precisó Haddock Acevedo.
Usualmente, estos acuerdos son de tres a cinco años. Este, en particular, es de 10 años y logró tras la gestión del doctor Evaristo J. ‘Tito’ Bonano, gerente senior de la entidad, quien ayudó a forjar el CRADA.
«Los proyectos de colaboración emprendidos, como parte de este acuerdo, aprovecharán la experiencia académica y de investigación de la Universidad para abordar los problemas relacionados con la resiliencia energética, la infraestructura crítica y el desarrollo de procesos para métodos de tratamiento de suelos y aguas eficientes energéticamente, junto con la experiencia de Sandia en ciencia de materiales; modernización y resistencia de la red; múltiples fuentes de energía e ingeniería de sistemas», expresó el doctor Bonano, egresado de la clase de 1975, del Departamento de Ingeniería Química del RUM y consejero industrial de la Facultad de Ingeniería.
Las áreas específicas de interés para esta colaboración incluyen la reelectrificación de comunidades remotas y el desarrollo de microrredes de próxima generación para comunidades rurales, parques industriales y cargas críticas. El trabajo también hará avanzar las simulaciones por computadora de tecnologías energéticas a escala de red antes de integrarlas en un sistema físico.
Un enfoque de investigación adicional examinará el ciclo de vida de los componentes y sistemas de energía, desde la producción hasta el uso y la disposición final. Los objetivos son desarrollar materiales innovadores, métodos de fabricación y estrategias de reciclaje para reducir el desperdicio total de los sistemas de energía y aumentar su sostenibilidad a largo plazo.
Este acuerdo amplía la relación colaborativa entre Sandia y el recinto mayagüezano de la UPR, que cuenta con una amplia trayectoria de décadas. De hecho, el doctor Efrain O’Neill, catedrático de Ingeniería Eléctrica y Computadoras (INEL), es el más reciente investigador del Recinto en pasar un año en el laboratorio, ubicado en Albuquerque, Nuevo México.
Del mismo modo, los doctores Eduardo Ortiz Rivera y Erick Aponte Besares, también de INEL han colaborado en varios proyectos en Sandia y fueron claves para la firma del acuerdo.
«La Universidad también es una fuente sólida de estudiantes e ingenieros hispanos bien educados. Recientemente, se extendió en Sandia un programa de pasantías de verano, iniciado en 2017, que reúne a estudiantes y profesores de instituciones de servicio principalmente hispanas, incluyendo al RUM, hasta el próximo verano», concluyó el doctor Bonano.