28 de junio de 2018
San Juan – Con el fin de proponer estrategias específicas de mitigación para reducir su impacto y aportación al calentamiento global, la doctora Olga Mayol Bracero, de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), colaboró en el primer diagnóstico detallado sobre los contaminantes de clima de corta duración en Latinoamérica y el Caribe.
Esta publicación, la cual surgió como una iniciativa de United Nations Environment Programme (UN Environment) y Climate and Clean Air Coalition (CCAC), contó con la participación de 90 científicos de 13 países distintos de la región. El estudio aborda los efectos de contaminantes -con tiempo de vida corto-, tales como el carbón negro, el metano, el hidorofluorocarbono y el ozono troposférico que inciden en el clima, la salud y los ecosistemas, entre otros.
“Lo bueno de este diagnóstico es que nosotros hemos podido hacer perfiles específicos para los diferentes países que les va a permitir a cada uno seleccionar cuáles son las medidas que ellos pudieran estar aplicando para sus sectores específicos de emisiones. Eso es una ventaja y por eso decimos que esto es hecho a la medida, porque la información que se provee permite eso”, afirmó Mayol Bracero.
El Integrated Assessment of Short-Lived Climate Pollutants in Latin America and the Caribbean se llevó a cabo en asociación con accionistas, bonistas y creadores de política pública con el fin trabajar con el lenguaje de modo que fuera atractiva para estos grupos y entendida por toda la comunidad, que no es necesariamente científica. Por tal razón, se espera que este proyecto sirva de motivación para que los países de esta región trabajen en conjunto en la búsqueda e implementación de soluciones para, así, redundar en la protección de los ecosistemas, la salud y la agricultura.
¿Qué sé encontró?
Entre los resultados más apremiantes de esta evaluación, figura que dado el alto nivel y potencial de urbanización en el área de Latinoamérica y el Caribe, se pueden encontrar grandes cantidades de materia particulada identificada como PM2.5, las cuales son pequeñas partículas sólidas o líquidas que se dispersan en la atmósfera, contribuyendo a su contaminación. Además, se encontró que hay una pobre calidad de aire y manifestaciones de calentamiento global que ya están afectando poblaciones vulnerables en la región, provocando muertes prematuras, pérdidas en las cosechas y daños en los ecosistemas.
“En el 2014, se estimó que hubo alrededor de 64 mil muertes prematuras por exposición a PM2.5 [materia particulada] y a ozono troposférico”, señaló la profesora del Departamento de Ciencias Ambientales. “Si no tomamos acción para reducir estas especies, vamos a ver la influencia significativa de esto en el clima, la salud humana y en la agricultura para el 2050”, precisó.
Por otra parte, se evidenció que la agricultura, la transportación y los sistemas de refrigeración, tanto domésticos como comerciales, son las principales fuentes de emisión de metano, materia particulada, hidorofluorocarbono y carbón negro en Latinoamérica y el Caribe. De no trabajarse con la situación, para el 2050 se podrían duplicar las concentraciones de estas emisiones, llevando a un aumento en la temperatura de 2.6 a 4.8 grados centígrados, lo que equivaldría a un incremento de 36.68 a 40.64 grados fahrenheit, para el 2081 al 2100.
¿Qué se propone?
Para mitigar estos efectos, el informe identifica una serie de medidas que, de aquí a 30 años, tendrían el potencial de reducir el calentamiento global hasta unos nueve grados centígrados (9ºC) o 48.2 grados fahrenheit (48.2ºC). De esta forma, anualmente habría una merma en las muertes prematuras de por lo menos 26% y se evitaría la pérdida de tres a cuatro toneladas de cosechas. En total, se sugieren seis medidas para disminuir las emisiones de metano y carbón negro. Mientras, se proponen otras nueve para trabajar con los niveles de hidorofluorocarbono.
Entre las medidas propuestas para reducir las emisiones, se encuentra el implementar unos modos de transporte más eficientes en las ciudades, como lo es el Bus de Tránsito Rápido (BTR) que se utiliza en varios países como Ecuador, México y Brasil. Además, otro ejemplo es el eliminar los vehículos con altas emisiones a través de un incentivo fiscal que los respectivos gobiernos le otorgarían a los dueños.