21 de enero de 2022
Cayey, Puerto Rico – Con el propósito de evaluar el impacto fiscal y la mortalidad causada por las medidas de mitigación contra el COVID-19, la Dra. Mayteé Cruz Aponte profesora del Departamento de Matemática y Física de la Universidad de Puerto Rico en Cayey y el Dr. José Caraballo Cueto, catedrático de la Escuela Graduada en Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, desarrollaron una investigación titulada: Balancing Fiscal and Mortality Impact of COVID-19 Mitigation Measurements.
Como parte del estudio científico, los investigadores integraron un modelo que simula los costos fiscales y humanos asociados a diferentes medidas de mitigación del COVID-19.
“Luego de simular varios escenarios, llegamos a la conclusión de que la inmunidad colectiva es la peor política, tomando en consideración el costo humano. Una epidemia conlleva costos humanos y fiscales. Durante las pandemias, la primera solución es restringir las fronteras nacionales para identificar y aislar a las personas infectadas. Sin embargo, cuando esa oportunidad no se aprovecha por completo y no hay ninguna intervención preventiva disponible, se deben considerar otras alternativas más eficientes”, explicó la doctora Mayteé Cruz.
Los doctores Cruz Aponte, y Caraballo Cueto llegaron a la conclusión de que un menor impacto fiscal se produce mediante la implementación de una política estricta al reducir la probabilidad de infección en un 90% durante ocho semanas. Mientras que, si las medidas considerarán los gastos fiscales como secundarios, el menor impacto humano sería mediante una medida relativamente estricta que reduce la probabilidad de infección en un 80%.
“En Estados Unidos, esta política relativamente estricta salvaría 910,064 vidas y representaría un costo 10% mayor para los contribuyentes. Esto, en comparación con las medidas de inmunidad colectiva”, dijo Cruz Aponte.
Según el Dr. José Caraballo Cueto, “cuando salvar vidas es el objetivo más importante, el segundo mejor escenario se encuentra cuando la tasa de transmisión se reduce en un 80%, ya sea en el día 2 o en el día 20 después de la pandemia, con pocos casos de muertos y hasta $ 1.07 billones en impacto neto para el presupuesto del gobierno. Estas políticas pueden tomar la forma de distanciamiento físico combinado con pruebas masivas. Sin embargo, si uno se enfoca solo en cuestiones presupuestarias sin tener en cuenta la vida, la segunda mejor política sería reducir la tasa de transmisión en un 90% en ocho semanas: la pandemia costaría aproximadamente $ 119 mil millones a expensas de matar 898,193 vidas”.
Asimismo, la investigación revela que desencadenar la pandemia sin adoptar ninguna política de contención siempre maximiza la mortalidad asociada a la pandemia. Mientras tanto, este escenario sin medidas aumentó el costo fiscal de la pandemia en muchas de las simulaciones, en comparación con los otros escenarios.