Mensaje del Presidente de la Universidad de Puerto Rico
Dr. Uroyoán R. Walker Ramos
Primera Conferencia Anual Dr. Hermenegildo Ortiz Quiñones
5 de noviembre de 2015
¡Buenos días a todos!
Mi saludo especial al rector del Recinto de Río Piedras, Carlos Severino; a la Directora de la Escuela de Administración Pública, Palmira Ríos; demás decanos y directores, en particular a la comunidad de la Escuela de Planificación y a toda la comunidad universitaria que nos acompaña en este primera conferencia sobre planificación, dedicada al doctor Hermenegildo Ortiz Quiñones, al que todos conocimos por Mereyo, y sobre todo a su familia.
Hace unos meses… llegamos hasta aquí, al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, para despedir de este plano a un universitario de hechura y compromiso;
a un puertorriqueño que le sirvió bien a su patria; a un hombre que se ganó con su trabajo el respeto de todos… el de visión amplia y determinación férrea que nos hablaba de una “ciudad habitable”.
El doctor Hermenegildo Ortiz Quiñones primero soñó esa ciudad. Luego, desde cada uno de los retos que le presentó su vida como atleta, ingeniero graduado del RUM, planificador y servidor público la fue gestando en proyectos, muchos de los cuales se materializaron… otros quedaron inconclusos pero tan vigentes como cuando él los pensó, y dispuestos para que otros los hagan realidad.
Decía Don Hermenegildo que: “hay que intentar hacer de la utopía algo viable. Hay que quitarse de la cabeza la idea que hace de Puerto Rico un país abandonado a su suerte.” Yo hago mías cada una de esas palabras. Les adjudico el poder que Mereyo les impartió al expresarlas. Hay que trabajar en lo imposible y tenemos la suerte que el contexto actual nos lo permite.
Su convocatoria de entonces es la de hoy. La utopía debemos convertirla en realidad… en tangible… en obra que leguemos para que las generaciones que nos precederán vivan esa ciudad, que pensamos… que soñamos.
No tuve el privilegio de trabajar con “Mereyo”… de conocerlo y conversar con él… pero… por otros, conocí de sus obras y de su servicio a la Universidad y luego al País… de su sabiduría y talento para juntar propósitos.
Cuando me solicitaron participar en esta primera conferencia sobre Planificación, en honor a Don Hermenegildo, inicié una búsqueda sobre su obra. En esa indagación encontré su postulado sobre lo que bautizó como “la ciudad habitable”.
Mereyo la describió en detalles. Para él: “la ciudad habitable es la ciudad de la convivencia saludable, la ciudad que vive segura 24 horas, la ciudad que vincula a la gente con las facilidades físicas y con las actividades. La ciudad habitable es la ciudad que se camina, en la que las gentes se vinculan socialmente y en la que la total interrelación produce una gran calidad de vida. […] hablo de acercar los usos dentro de los espacios físicos; permitir que la gente pueda servirse al máximo y eficientemente de los servicios y actividades que están disponibles”. (Cierro la cita)
Todos los que estamos aquí… y los que están allá afuera quisiéramos vivir en esa ciudad: de aceras espaciosas, cobijadas por la sombra de árboles… para caminar al colmado, a la farmacia, a la oficina, al parque, a la escuela… vivir esa ciudad de convivencia.
Somos herederos de ese patrimonio de Don Hermenegildo Ortiz, un hombre que aportó mucho a Puerto Rico. Tuvimos la dicha de tener en él a uno de nuestros más destacados servidores. Dedicó durante toda su vida lo mejor de su intelecto, sobresaliente educación y preparación para hacer de nuestro país un mejor lugar en el cual vivir y convivir. Sigamos su ejemplo… busquemos lo mejor en los demás y no lo peor para criticar.
Desde la secretaría de Transportación y Obras Públicas, y la presidencia de la Junta de Planificación de Puerto Rico, Mereyo encaminó algunas de las obras más importantes de infraestructura para el país… todas en armonía con su “ciudad habitable”… pensada para los seres humanos.
A su paso por el Departamento de Transportación y Obras Públicas, impulsó algunos de los más importantes proyectos de infraestructura que hemos visto en Puerto Rico; incluso, la idea original del Tren Urbano: sin estaciones faraónicas, ni grandes pretensiones… un tranvía que le sirviera a la ciudad y a sus habitantes, un tranvía que le sirviera a la gente… a su gente.
Fue en la Junta de Planificación que Mereyo instituyó la filosofía de la convivencia ciudadana… que es la base de su “ciudad habitable”… una urbe integrada, que permita fortalecer las redes humanas que le dan calidad a la vida. El tejido urbano al servicio del pueblo y de su gente.
Esa ciudad continúa esperando por nosotros… Y desde la Universidad de Puerto Rico, esa que tanto amó siempre lo recordaremos como uno de nuestros más afanados académicos, dedicado al proceso de educación de nuestro pueblo, en el cual participó siempre como un deber del más alto grado y al cual hizo importantes aportaciones a lo largo de toda su vida.
Fue uno de los principales fundadores de esta Escuela de Planificación, Decano de Estudiantes de este recinto y ocupó posiciones de liderato en la Universidad a lo largo de su vida académica.
El País entero y la Universidad de Puerto Rico tienen una enorme deuda de gratitud con el ingeniero, con el doctor, con el académico, con el director, con el decano, con el Secretario Hermenegildo Ortiz Quiñones, para quien el aula universitaria, estoy seguro, fue siempre el lugar donde más a gusto se encontraba, y donde se sentía cumplidor cabal, sin condiciones ni prebendas, de su responsabilidad ciudadana.
En nosotros queda… el cometido de impulsar su obra… de hacer realidad sus aspiraciones para que Puerto Rico resurja… de hacer realidad su sueño… el sueño de Don Hermenegildo Ortiz Quiñones… su “ciudad habitable”. Gracias Mereyo por su legado… Gracias a ustedes por impulsar su obra.
¡Muchas gracias!