11 de noviembre de 2016
Cayey– En Puerto Rico, tradicionalmente se utiliza la cantidad de personas inscritas en las listas de la Comisión Estatal de Elecciones como el referente para calcular la abstención electoral o el porcentaje de personas que participó de las elecciones generales. Sin embargo, gracias a los estimados poblacionales que prepara anualmente el Negociado del Censo y que están disponibles gratuitamente en la página factfinder.census.gov, se puede estimar el porcentaje de personas mayores a 18 años que estuvo en Puerto Rico y no votó en las elecciones. Durante el 2016 hubo alrededor de 2.7 millones de personas mayores de 18 años, de los cuales votaron 1.56 millones de personas. Así, el 42% o cuatro de cada 10 personas de la población apta para votar se abstuvo en las elecciones recientes de Puerto Rico. Esto, de acuerdo a un análisis realizado por el Centro de Información Censal (CIC) de la Universidad de Puerto Rico en Cayey utilizando la tabla PEPAGESEX del Negociado del Censo y los datos de la Comisión Estatal de Elecciones.
“El método de referirse solo a las personas que estaban inscritas es problemático porque hay muchas personas que no se inscriben, lo que lleva a sobreestimar la participación electoral y subestimar la abstención. Por eso en Estados Unidos se utilizan los estimados poblacionales para calcular la abstención. Los estimados poblacionales que prepara el Negociado restan las personas que han migrado por lo que no podemos adjudicarle la baja participación electoral a la migración. Quizás la desconfianza en los políticos, la desesperanza ante la crisis, la desilusión con la calidad de los candidatos o la convocatoria expresa de deslegitimar el proceso en respuesta a la imposición de la Junta de Control Fiscal pueden ser las razones para esta participación baja”, comentó el doctor José Caraballo Cueto, director del único CIC en Puerto Rico.
Si se utilizan los mismos datos de las personas de 18 años o más que hubo para las elecciones del año 2008 y 2012, se nota un aumento de la abstención electoral. Para el año 2008 hubo cerca de 2.96 millones de personas mayores de 18 años y votaron 1.94 millones de personas, lo que da una tasa de abstención electoral de 34%. Esa proporción de personas que no participó de las elecciones es similar al 33% de abstención observado en el año 2012 cuando votaron 1.88 millones de 2.8 millones de personas mayores de 18 años. El aumento en la abstención de 33% en 2012 a 42% en 2016 cuando hubo cerca de 320,000 personas menos votando entre 2012 y 2016.
“Si sumásemos los votos protestados y las nominaciones directas simbólicas que suman más de 2,000 papeletas, la deslegitimación del proceso es aún mayor. Con esta amplia abstención electoral, podemos afirmar que muchos políticos fueron elegidos por una minoría. Los mecanismos de ‘segundas vueltas’ establecidos en otros países se pueden considerar en Puerto Rico para darle mayor legitimidad a las elecciones. Pero, independientemente del mecanismo electoral, todos los partidos deben cuestionarse por qué cada vez menos personas votan por ellos y cómo pueden volver a esperanzar a un pueblo en un proceso democrático que no se limite a las urnas cada cuatro años. Si durante cuatro años no consideran al pueblo en sus decisiones y en sus propuestas, es probable que las urnas continúen vaciándose”, aseguró el también doctor en economía.
Según el director del CIC, los Estimados Poblacionales son actualmente unas de las pocas bases de datos representativas y disponibles en Puerto Rico para medir la población mayor de 18 años. El CIC es una entidad adscrita al Negociado del Censo y al Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias de la UPR en Cayey, cuyo fin es diseminar los datos de los censos económicos y poblacionales a las distintas comunidades. También realizan consultorías a organizaciones. Para más información pueden comunicarse al (787) 738-2161 extensión 2615 y 2616 y al correo jose.caraballo8@upr.edu/ac