24 de junio de 2019
El equipo Lunar Exploration and Access to Polar Region (LEAPR) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) arrasó con todos los premios de la competencia de universidades que la NASA llevó a cabo durante esta semana en Cocoa Beach, Florida. Esta es la primera vez que un colectivo de Puerto Rico participa en ese evento.
Los boricuas se adueñaron del primer lugar overall, el Best in Theme Award y el Peach Award (Pioneering Exceptional Achievement Concept Honor) que otorgan los jueces al trabajo y la innovación que realicen los grupos participantes durante el desafío, que se escenificó del 18 al 20 de junio bajo el 2019 Revolutionary Aerospace Systems Concepts Academic Linkage (RASC-AL) Forum que todos los años realiza la NASA.
Los jóvenes también conquistaron el primer lugar en la categoría, Gateway-Based Human Lunar Surface Access, para el que diseñaron un vehículo lunar con capacidad para llevar astronautas, cargamento y realizar experimentos en distintos puntos de la Luna durante un periodo de 15 años. Karaya Transport Vehicle, es el nombre de la nave espacial colegial, el que escogieron para honrar la herencia indígena puertorriqueña, ya que karaia es el apelativo que usaban los taínos para referirse a la Luna. La arquitectura y el concepto de operación de Karaya se hizo para que tuviera como base a Gateway, la próxima estación espacial de la NASA, que debe estar en funciones en el año 2028.
“Nosotros lo que hicimos fue diseñar un vehículo, a través del cual ellos puedan acceder a distintos puntos de la Luna, como los polos, donde hay millones de toneladas de agua y otros recursos, para hacer agua potable, combustible e incluso crear estructuras con ese material que se encuentra en la Luna”, explicó Wilbert Andrés Ruperto, capitán del grupo boricua.
Los colegiales de LEAPR no solo tuvieron que presentar un prototipo computadorizado del vehículo, también tuvieron que diseñar la misión espacial, y sistemas y tecnologías innovadoras que faciliten de forma más rápida, segura y eficiente las misiones a la Luna, como los de aire, contaminación y agua, entre otros, con el propósito de proveerle a los astronautas las necesidades básicas similares a las que tienen en la Tierra.
“Eso incluyó la logística de cómo salir de la Tierra, las órbitas que se debían seguir, y un montón de análisis numéricos y estructurales. La parte importante de esto es que, como llevábamos humanos, la nave, además de ser confiable en términos de estructura, tenía que estar apta para recibirlos y permitirles que la habitaran por un periodo de hasta 10 días”, añadió el estudiante de Ingeniería Mecánica (INME).
De igual forma, tuvieron que desarrollar un sistema que mitigara la contaminación del polvo lunar que puede ocasionar problemas de salud; así como otro para suplir combustible para continuar las misiones durante los 15 años o más de duración del vehículo; y órbitas específicas que les permitieran acceder a puntos de alto interés para obtener recursos y crear tecnologías para futuros viajes a Marte.
“Además, tomamos en cuenta la salud mental y física de los astronautas al incorporar sistemas con ergonomía nunca antes vistos”, sostuvo Wilbert Andrés.
El equipo del RUM se midió contra otras 13 universidades de Estados Unidos, entre las que figuró el Massachusetts Institute of Technology (MIT), habitual ganador de la competición, Virginia Tech, University of Maryland y Northeastern University.
Asimismo, estuvo compuesto por 15 estudiantes de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras, Ingeniería Industrial, Ingeniería Química, y por supuesto, de INME. De igual manera, contó con alumnos de Física, Biología, Química e Ingeniería Agrícola. Todos pertenecen a la asociación estudiantil Students for Exploration and Development of Space del RUM.
“Nosotros llevamos trabajando arduamente hace más de un año. Los jueces quedaron encantados porque vieron el alto desempeño que teníamos, aún sin contar con los recursos ni la especialización en aeroespacial y competimos con universidades como MIT que tienen programas de bachillerato en ingeniería aeroespacial y nosotros, con nuestro mejor conocimiento, logramos todo esto. Por eso, me siento altamente orgulloso y satisfecho por el trabajo realizado”, agregó.
El colectivo del Recinto cuenta con los doctores Oscar Perales, Barbara Calcagno, María Cortés y Agustín Rullán Toro como consejeros. Precisamente, el doctor Rullán Toro, decano de Ingeniería del RUM, fue quien acompañó a los jóvenes durante la contienda en la Florida.
“Me siento muy orgulloso del desempeño de mis estudiantes porque me consta el compromiso que cada uno de ellos ha puesto para que todo esto fuera posible y lo podemos evidenciar con estos resultados en los que han resultado ganadores. Esto ha sido una victoria, no solo para el Recinto por ser la primera vez que participamos en esta importante competencia, sino para todo Puerto Rico, porque fuimos la única universidad de toda la isla que formó parte del evento. Para mí, fue un honor que me invitaran a ser su consejero y fue un gran orgullo ser testigo de su triunfo”, expuso el decano de Ingeniería.
Precisamente, el trayecto de los ganadores inició hace poco más de un año cuando comenzaron a trabajar con su propuesta, la que enviaron a NASA en enero de este año. La entidad seleccionó a 20 semifinalistas y en abril pasado, escogieron a los 14 finalistas que participaron esta semana del Foro, en el que el RUM se alzó con los más importantes galardones.
“Me llena de mucha satisfacción que, nuevamente, hayan sido mis colegiales, quienes pongan el nombre de nuestro país en las altas esferas académicas y científicas, como lo es esta competencia de la NASA. Sin lugar a dudas, me siento feliz de celebrar sus logros porque sus gestas se convierten en la prueba fidedigna de que estamos cumpliendo con nuestra misión educativa de forjar profesionales de alto calibre. Ellos son el mejor ejemplo y la mejor representación de los estudiantes que tenemos en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez”, puntualizó, por su parte, Wilma L. Santiago Gabrielini, rectora interina del RUM.