Laboratorio de Fitopatología y Cultivo de Tejidos de la UPR, diagnostica plagas, investiga variedades, mejoran semillas y desarrollan planes para el control integrado.
21 de junio de 2022
Se puede decir que la doctora Martha C. Giraldo Zapata y la agrónoma Yazmin Rivera González son las “médicas” de los farináceos. En su Laboratorio de Fitopatología y Cultivo de Tejidos de la Universidad de Puerto Rico, estudian patologías de raíces y tubérculos, investigan las variedades genéticas de las batatas, enfermedades por plagas de insectos, limpian semillas y desarrollan plántulas libres de plagas y enfermedades. Además, el laboratorio cuenta con instrumentos especializados, como el microscopio de fluorescencia, para investigar y diagnosticar enfermedades de las plantas y sus patógenos.
Giraldo Zapata, por ejemplo, diagnostica patologías y estudia a nivel celular, molecular y genético, los mecanismos de infección de nemátodos y otras plagas como el hongo Sigatoka Negra que afecta los cultivos de plátano y guineo.
“Pudimos visualizar células de plátano y guineo y observar cómo el hongo las infectaba. Así, empezamos el proceso de transformación del hongo, a transformar unas proteínas que eran candidatas de virulencia con un gen fluorescente. Entonces, cuando se infectaban las células, podíamos ver donde se expresaba esa virulencia. Este hongo controla el sistema de defensa de la planta, desde el núcleo de las células, apagándolo, es una estrategia de infección”, explica Giraldo Zapata.
Pero estos patógenos no son los únicos que se diagnostican y estudian en este laboratorio. Entre otros, están los nemátodos del apio y el Piche de la batata. El laboratorio invierte buena parte de sus esfuerzos en obtener una sana y buena producción de estos farináceos, puesto que se conoce que los cultivos menos afectados por fenómenos naturales como los huracanes, son los que se producen bajo tierra. Entonces, el apio, la batata y otros tubérculos pueden ser claves para enfrentar la escasez de alimentos luego de este tipo de desastres.
Para lograrlo, Giraldo Zapata y Rivera González, estudian el cultivo de tejidos de diferentes plantas, enfatizando esfuerzos en mejorar y limpiar las semillas de apio y batata. Elaboran planes de manejo integrado para el control de las plagas, investigan las variedades de estas plantas según las zonas en Puerto Rico, cuáles son más resistentes a plagas y las condiciones en que mejor se producen.
Semillas limpias
Uno de los oficios que llama mucho la atención de las personas, es que desde este laboratorio se mejora, mediante el cultivo de tejidos, semillas de diferentes plantas como la batata y el apio.
“Cuando llegue, empecé a trabajar con apio, la prioridad era obtener la semilla limpia y ellos [los agricultores] no tenían semilla limpia, toda era ya en predios enfermos, les iba mal y se les podría, ellos le regalaban la semilla al agricultor del lado, entonces eso estaba infestado. Lo que causaba la pudrición es un nemátodo, una lombriz microscópica que tú la transportas en los zapatos, botas, y si aran con buey, pues con los bueyes. Hoy empezamos todo el proceso de cultivos de tejidos con plantitas de diferentes variedades, empezamos hoy con una variedad y cada día vamos a seguir con otra variedad para tener las 6 variedades [de apio] establecidas”, explica Giraldo Zapata.
La producción de semillas limpias pasa por varias etapas antes de llevarse al campo. En el caso del apio, luego de que los tejidos han crecido y han generado sus primeras hojas y raíces, se pasan a tierra. Giraldo Zapata enfatiza en que las plantas deben acostumbrarse, poco a poco, a lo que serán sus nuevos medios de crecimiento. Por ejemplo, las raíces que crecen en cuartos de cultivo son poco eficientes para absorber nutrientes en el suelo. Por esto, cuando pasan a tierra se tratan de mantener con alta humedad, con aire acondicionado y luz artificial. Luego salen a condiciones ambientales y una vez acostumbradas se llevan al destino final en el campo. De esta forma, sin enfermedades, tienen mayor probabilidad de desarrollarse.
Estas semillas de apio y batata, sin patógenos y de buena calidad, se pueden conseguir también en la tienda Semillas Selectas de la Estación Experimental Agrícola.
Otra de las investigaciones significativas para la comunidad, tiene que ver con el control del Piche, una de las plagas más destructivas de los cultivos de batata. El piche, coloca sus huevos en la base de la planta o en los tubérculos (la batata), se alimenta de ellas y daña la producción. Este laboratorio ha realizado investigación por mucho tiempo para encontrar las mejores prácticas de control y ha elaborado un plan de manejo integrado para el control del Piche, una guía para obtener una mejor producción de batata.
Así mismo, desde hace más de un año, la Dra. Giraldo Zapata, luego de limpiar las semillas de cada variedad de batata, las llevó al campo para estudiar su producción fuera de época, en época y en cinco (5) localidades distintas: Santa Isabel, Barranquitas, Corozal, Camuy e Isabela.
“Son suelos diferentes y tienen formas diferentes de cultivarlas, el del sur es producción a nivel comercial, tiene riego, maquinaria, todo mecanizado. La de Camuy es del agricultor que ha sembrado batata toda la vida y no es mecanizado, no tiene riego”, afirma Giraldo Zapata.
Con los datos obtenidos se espera realizar una liberación a final de este año. Una liberación es una publicación en un Journal donde se explica, por variedades, su producción con relación a la época y las condiciones en que se produjeron. Los agricultores conocerán qué variedades tuvieron una mejor producción, las variedades más resistentes a plagas, si algunas son mejores que las variedades comerciales y se dará una recomendación en cuanto a las zonas de la isla.
Por Bonny M. Ortiz Andrade