5 de julio de 2018
Acepto la designación a la presidencia de la Universidad de Puerto Rico (UPR) como uno de los honores más grandes que puede ser otorgado a un ser humano. Como graduado y exprofesor del Recinto Universitario de Mayagüez de la UPR y catedrático tradicional que soy, me llena de orgullo y emoción tener la oportunidad de aportar a la universidad y a Puerto Rico la experiencia que he podido adquirir por más de cuatro décadas en otras universidades e instituciones a través del mundo. Considero que todos esos caminos y experiencias me dieron la preparación perfecta para este momento histórico en la UPR.
Sé que los retos y la responsabilidad son grandes, pero las oportunidades son aún mayores. La educación universitaria es una de las inversiones más valiosas que puede hacer un pueblo y sus ciudadanos para crear un futuro próspero y enriquecedor. Es uno de los motores más importantes y vitales para el presente y futuro económico de la Isla.
Siempre quise regresar a mi isla. No hubiera aceptado este reto y responsabilidad en ninguna otra institución. Pero ahora se trata se trata de mi alma mater y de mi pueblo, de mi gente. Soy producto del sistema público de enseñanza. Cursé estudios en escuelas públicas de Caguas. Mi interés y compromiso con la investigación y crear una reputación internacional me llevó a explorar otros mundos. Se trata de completar lo que yo llamo mi sueño interrumpido de ser parte de la UPR.
Este momento de grandes desafíos en la UPR y PR en general, va a requerir que todos aportemos al éxito y futuro de esta Institución tan importante y esencial para nuestra querida Isla. Por eso espero trabajar junto a la comunidad universitaria para lograr resultados efectivos. Estoy comprometido con estar conectado a sus intereses y necesidades.