26 de abril de 2017
Directivos del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), decanato más antiguo del campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico (UPR), defendieron el valor del Servicio de Extensión Agrícola (SEA) y de la Estación Experimental Agrícola (EEA), unidades que componen el CCA, ante los ataques y cuestionamientos sobre el rol de ambas entidades cuya misión es promover la importancia de la agricultura, la investigación y el servicio comunitario a las familias puertorriqueñas.
“Las personas que usan estos argumentos, algunos quizás esperanzadas en salvarse de la navaja del corte presupuestario, muestran un desconocimiento total de la misión de estas dos dependencias. La facultad del Colegio de Ciencias Agrícolas es la única dentro del sistema universitario que integra estructuradamente la investigación, la enseñanza formal y la educación no formal, fuera del salón de clase, a una clientela diversa como la compuesta por agricultores, familias, jóvenes, comunidades, agroindustrias y personal de otras agencias. Estamos posicionados para ayudar a aumentar la aportación de la agricultura a nuestra economía y a mejorar las condiciones del ambiente y las comunidades”, indicó el doctor Raúl Macchiavelli, decano y director del CCA, en respuesta a las alegaciones de algunos sectores, que han expresado que estas unidades deben eliminarse ante el inminente recorte presupuestario millonario que enfrenta la UPR.
Agregó que ambas entidades reciben fondos del Departamento de Agricultura Federal, lo que según afirmó, las convierte en un “recurso sin igual”.
“Quienes, ignorantemente, amenazan la viabilidad de estas instituciones no saben que, al igual que más de 70 universidades en los Estados Unidos, la misión original de las universidades, como el RUM, creadas por concesión de tierras, fue y es brindar educación formal en agricultura, realizar investigación y ofrecer educación no formal a agricultores, a las familias, a los jóvenes y a las comunidades en sus respectivos procesos de empoderamiento. Servimos a todo Puerto Rico y no hay otras instituciones que contribuyan a la agricultura como lo hacemos nosotros por el bien del país”, enfatizó Macchiavelli.
Con relación a la misión de la EEA, que cuenta con dos centros de investigación en San Juan y Mayagüez, y subestaciones en Adjuntas, Corozal, Gurabo, Isabela, Juana Díaz y Lajas, los científicos investigan los problemas identificados por agricultores, agroindustrias, agencias medioambientales y comunidades, buscando soluciones adaptadas a nuestra realidad que mejoren la viabilidad de las empresas agrícolas y la calidad de vida del país, según indicó la profesora Vivian Carro, decana auxiliar de la EEA.
“A través de nuestros programas seguimos desarrollando ganado de alta calidad genética, cuyo valor ha sido reconocido local e internacionalmente. El programa de fitomejoramiento de la EEA continúa produciendo variedades mejoradas de cultivos alimentarios como calabaza, yautía, batata, habichuelas y frijoles, y se han estado evaluando nuevas introducciones resistentes a enfermedades y con mayor tolerancia a condiciones ambientales adversas. Además, se producen semillas de calidad para proveer a los agricultores. Continuamos también trabajando para incrementar la producción agrícola en distintos tipos de suelos, para enfrentar plagas en las cosechas, detectar y reducir contaminantes en nuestros cuerpos de agua y desarrollar la agroecología y la agricultura orgánica local. Nuestra labor es necesaria para continuar el desarrollo agrícola en Puerto Rico y mejorar la calidad de nuestro medioambiente. Muchas de estas iniciativas se verían tronchadas con más cortes en el presupuesto”, enfatizó.
De otro lado, el profesor Luis Mejía Maymí, subdirector del SEA, indicó que la función comprensiva y fundamental que esta unidad cumple en la sociedad, la destaca como única al impactar a todo Puerto Rico, a través del servicio comunitario y sus alianzas con otras agencias y organizaciones no gubernamentales.
“Es gracias a la naturaleza de las universidades creadas por concesión de tierras que otras facultades han podido desarrollarse y no al revés. En el caso de otros profesores que han lanzado ataques, apuntar los cortes hacia el SEA y la EEA significa serrucharse sus propios pies. Ambas unidades han tomado medidas de austeridad desde el año 2008. Las mismas se concretizan en cortes presupuestarios por casi 10 años. Al presente, somos más eficientes y dinámicos. Para continuar cumpliendo con nuestra misión de ser la presencia de la UPR en la comunidad, no aguantamos más cortes presupuestarios”, apuntó.
Destacó que desde el SEA se atienden a miles de agricultores en temas como mercados agrícolas, administración de fincas, producción agrícola, seguridad alimentaria, cambio climático, apoyo a los ganaderos, acuaponía, y manejo de plaguicidas, entre otras, cuyo impacto se extiende a cientos de comunidades.
“El desarrollo de huertos caseros, comunitarios y escolares ha sido una iniciativa muy exitosa. Hemos impulsado la creación de decenas de huertos, a través de toda la Isla, en residenciales y otras comunidades de bajos recursos económicos. Trabajamos con cooperativas apoyando los esfuerzos de autogestión y empoderamiento. Con nuestro programa Juventud y Clubes 4 H, seguimos impactando a miles de jóvenes en áreas de prevención de uso de alcohol, salud, nutrición, seguridad alimentaria e inocuidad de los alimentos. Asimismo, se les provee experiencias tempranas en investigación y otras destrezas académicas, profesionales y de vida”, indicó.
Agregó que los extensionistas educan a la población en torno a asuntos como el cáncer, la prevención y control de enfermedades crónicas, del maltrato infantil; la eliminación de criaderos de mosquitos y el control del zika y estilos de vida saludables, entre otras. También educan en el área de educación al consumidor en la que se trabaja el manejo de recursos como el presupuesto familiar.
“A través de estas iniciativas impactamos a miles de puertorriqueños que pueden mejorar su calidad de vida. Somos únicos en Puerto Rico y los que nos atacan desconocen lo que somos y lo que hacemos”, puntualizó.
El Colegio de Agricultura se estableció en Mayagüez en el 1911 bajo la Ley Morrill. Un año después se le cambió el nombre a Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas y en 1966, a través del Consejo de Educación Superior se creó el Colegio de Ciencias Agrícolas. Este cuenta con tres dimensiones: la educación formal, la investigación y la divulgación o extensión, funciones mutuamente complementarias que existen bajo un esquema central de organización que incluye la Facultad de Ciencias Agrícolas, la Estación Experimental Agrícola, y el Servicio de Extensión Agrícola.
Por medio de estas tres unidades desarrolla sus programas y servicios en sus cinco departamentos académicos: Ciencias Agroambientales, Educación Agrícola, Economía Agrícola y Sociología Rural, Ciencia Animal e Ingeniería Agrícola y Biosistemas, únicos en ofrecer estas disciplinas en Puerto Rico.