8 de abril de 2022
El Centro de Investigación en Ciencias Moleculares (CICiM, MSRC -por sus siglas en inglés o más conocido como el Molecular), continúa sus innovaciones y fusiona, aún más, la ciencia con el emprendimiento.
El Centro busca recibir compañías científicas emergentes (startups), y cualquier otra compañía con interés en investigación y desarrollo en las ciencias. La iniciativa ha logrado atraer a dos compañías privadas, mientras cerca de una decena han mostrado interés en ocupar espacios en el Centro.
“Tenemos el potencial para acercar a la universidad compañías externas, compañías privadas, de manera que nuestros investigadores y los investigadores que trabajan en los proyectos de investigación subvencionados, se acerquen a estas compañías para gestar proyectos nuevos, generen labor intelectual y comercialicen sus productos”, comenta Eduardo Nicolau, Director Ejecutivo Interino del Centro de Investigación en Ciencias Moleculares.
Una de las estrategias más fuertes para que el CICiM cumpla con este objetivo es el proyecto ASTRE (Advancing Science and Technology Research and Entrepreneurship), el cual es financiado por la Administración de Desarrollo Económico (EDA – por sus siglas en inglés).
ASTRE es un proyecto que facilitará espacios óptimos para la incubación, colaboración y negocios. Ofrece espacios de trabajo como áreas de laboratorio, servicios de negocios, espacios para reuniones, trabajo u oficina, que fusionarán industria e investigación científica.
“La idea de que ASTRE este aquí en el Centro, es que los investigadores se nutran de esos procesos empresariales y que las empresas se nutran de las investigaciones desarrolladas aquí. Este modelo es algo que ha tenido excelentes resultados en espacios como el Silicon Valley. ASTRE traerá empresas privadas a operar aquí al Molecular y promoverá el trabajo colaborativo”, afirma el doctor Mario J. Maura, Investigador principal del proyecto.
El Dr. Maura afirma que la universidad se verá favorecida porque los espacios serán rentados de forma competitiva. Para esto, la UPR aún debe establecer tasas de cobro ya que es un servicio único, innovador y que fortalece directamente el desarrollo económico de Puerto Rico.
“Nosotros trascendemos la academia para aportar a muchas otras líneas que, históricamente, no se han visto en la universidad. Estas tendrán beneficios tanto económicos como de desarrollo o innovación para la Universidad, el centro y Puerto Rico”, reconoce Maura.
En el caso de ASTRE, el cobro de los espacios también dependerá del estado de la empresa, si la empresa está empezando o ya está establecida. Los doctores Nicolau y Maura, coinciden en que la Universidad y el Molecular devengarían un ingreso, es decir, además de la renta del espacio se brindarían servicios que podrían ser facturados, por ejemplo, entrenamientos, educación integrada y desarrollo de modelos de negocios, entre otros.
Puerto Rico, históricamente ha tenido una fuerte participación en la manufactura de medicamentos. Sin embargo, ese es el último eslabón de la cadena de producción. ASTRE es una pieza clave para que Puerto Rico sea parte de la producción medicamentos netamente puertorriqueños.
“Si tomamos como ejemplo la cadena de producción de medicamentos; las instalaciones del CICiM, en colaboración con la academia de la UPR y el Fideicomiso de Ciencia, Tecnología e Innovación, podrán aportar desde el descubrimiento de nuevos medicamentos, los estudios preclínicos y clínicos, hasta la revisión por la FDA (Food and Drugs Administration). Es decir, en el proceso completo para elaborarlo y que salga al mercado”, reconoce Maura.
Nicolau y Maura explican el proceso para lograrlo a través de las colaboraciones. El Molecular cubriría la parte del descubrimiento de nuevos medicamentos y las pruebas preclínicas (pruebas en animales), el Fideicomiso con su consorcio cubriría la parte de pruebas clínicas y, de esta manera, se completaría la cadena la producción que es algo que Puerto Rico nunca ha tenido.
“Además, el Centro alberga al Material Characterization Center (MCC), uno de los pocos laboratorios auditados por la FDA de Puerto Rico. A través del MCC canalizaremos varios de los servicios analíticos y científicos que puede proveer el Centro”, indica Nicolau.
“Puerto Rico puede competir en el mercado de descubrimiento de drogas. Ese mercado es inmenso, se proyecta que para el 2025 puede llegar a cerca de $100 billones, si nosotros nos insertarnos ahí, podríamos tener parte de ese mercado. Además, esto aumentaría la cartera con la propiedad intelectual y patentes de la Universidad”, reconoce Maura.
Una de las particularidades del proyecto ASTRE es que, además de los espacios de trabajo abiertos y nuevos laboratorios tendrá cuartos limpios para el desarrollo de procesos.
“Es la primera vez que la Universidad de Puerto Rico tiene cuartos limpios de este calibre. Los cuartos limpios son bien importantes para la industria o para compañías que desean incubarse, porque proveen las condiciones de asepsia adecuada para que puedan hacer lo que se llama el desarrollo de procesos a microescala. Antes de manufacturar, uno tiene que hacer los procesos a microescala, si no los haces bajo unos estándares internacionales, la FDA no te aprueba esos procedimientos”, reconoce Nicolau.
“Además del proyecto ASTRE tenemos otras iniciativas de desarrollo económico en colaboración con el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC). Aún con todas las situaciones que enfrentamos, nos seguimos moviendo para seguir desarrollando nuestro Centro. Como cuestión de hecho, estamos en proceso de someter una propuesta a los Institutos Nacionales de la Salud, para complementar el proyecto ASTRE con una facilidad para la investigación y desarrollo en el área de vacunas, que dirige el Dr. José Lasalde Dominicci, acotó Nicolau.
El inicio del proyecto ASTRE está programado para el año 2023 y promete traer una revolución para Puerto Rico con la relación propuesta entre academia e industria. “Tenemos una gran oportunidad ante nosotros y no podemos dejar pasarla” afirma Nicolau.
Por Dr. Bonny M. Ortiz-Andrade